Alimentación Zen
Desde muy antiguo, conocemos que tanto la salud psíquica y emocional como la física están directamente asociadas con la alimentación que mantenemos todos los días.
La filosofía Zen parte de la base principal de que nos encontramos viviendo en un mundo ciertamente contaminado, y diariamente lo hacemos estresados, en un estado permanente en el que necesitamos unas pautas alimentarias determinadas para poder mantener, o recobrar, el buen estado de salud y de bienestar.

¿Cuál es el objetivo de la alimentación zen?
Tanto la alimentación como la dieta zen en sí, tiene un objetivo principal: proporcionar diferentes y diversas alternativas para despojarse así de las malas costumbres y hábitos adquiridos.
Puede ser considerada como una terapia espiritual y física, aunque lo más importante es que consiste en una terapia sana y saludable que nos ayuda a recobrar la salud.
Nos ayuda a su vez a mantener en equilibrio el cuerpo y la mente, y detrás de cada comida descubriremos que existe un “ritual” culinario que nos ayudará a mantener el citado equilibrio.

¿En qué consiste la alimentación zen?
En primer lugar la cantidad de alimentos consumidos varía dependiendo de la edad, sexo, estado psicológico y físico, clima e incluso la propia estación del año en la que nos encontramos.
Como puedes suponer, el alimento debe ser el más natural posible, y es más recomendable optar alimentos de cultivo ecológico en caso de los vegetales, y aquellos que no hayan sufrido tratamientos hormonales en los alimentos de origen animal.
La alimentación zen da preferencia a los alimentos de origen vegetal, en especial la mezcla de legumbres con cereales, puesto que de esta forma se obtienen unas proteínas con una mayor calidad.
Los alimentos manipulados industrialmente deben ser reducidos al máximo puesto que se consideran alimentos adulterados. Esto sucede igual como las grasas saturadas o el alcohol.

En la dieta zen se potencia además el consumo de , dado que de esta manera conseguimos depurar el organismo.
Se deben tostar los cereales antes de que sean cocidos, y la cocción en sí debe ser muy cuidada, ya que una cocción lenta es el factor yang, y este calor aumenta la fuerza yang de algunos alimentos o incluso para ayudar a reducir el exceso de yin.
En este caso el cereal más recomendado es el arroz integral, puesto que es un alimento equilibrado. Sin embargo a él le siguen el centeno, el trigo, el maíz, trigo sarraceno, avena, cebada y mijo.