Ejercicio físico
El ejercicio físico es imprescindible para mantenernos sanos, contrarresta los efectos de la vida sedentaria y disminuye el estrés.
Al movernos la sangre transporta mayor cantidad de oxígeno a los músculos aumentando así su capacidad de trabajo.
Si comenzamos a hacer gimnasia, al cabo de varias semanas, disminuirá la frecuencia cardiaca en reposo y también no aumentará tanto cuando hagamos ejercicio.
Lo mejor es practicar un ejercicio que nos guste, si no estás en forma, antes de empezar el ejercicio deberías prepararte aumentando las actividades de la vida cotidiana cogiendo menos el coche o el autobús, paseando por tu barrio o subiendo por las escaleras.
Conviene combinar el trote con ejercicios repetitivos de estiramiento y fortalecimiento de los músculos, la frecuencia ideal sería hacer tres horas por semana.

Antes de hacer ejercicio
-Consulta con tu médico si padeces de tensión alta, problemas cardiacos, diabetes o dolores de espalda
-No hagas más de 20 minutos al principio
-Parar si pierdes el aliento o sientes malestar
-No hagas ejercicio si estás cansado o enfermo
-No comas dos horas antes
-Hacer siempre precalentamiento para prevenir lesiones
-Usar ropa holgada, de algodón y calzado deportivo de calidad.

Cómo medir la aptitud física
Para saber si podemos hacer gimnasia deberemos medir nuestro pulso en la muñeca en la arteria radial durante 10 segundos y multiplicarlo por 6, así obtendremos los latidos de nuestro corazón durante un minuto.
Lo podemos medir en reposo al despertarnos sabiendo que a menor frecuencia mayor aptitud física, en los hombres la frecuencia apta sería de 60 a 90 latidos por minuto, y en la mujeres de 70 a 100, no apto sería a partir de 90 en hombres y de 100 en mujeres.
También podemos medirlo después de hacer ejercicio subiendo y bajando un escalón durante 3 minutos, descansar 30 segundos y tomar el pulso, seremos aptos para el ejercicio si la frecuencia en hombres es de 77 a 100 y en mujeres de 86 a 110, si está más alto no es aconsejable y quizá debamos comenzar preparándonos poco a poco.

Bondades que aporta el ejercicio
-Devuelve la línea si hay exceso de peso
-Disminuye el colesterol, el riesgo de infarto, baja la tensión si está alta
-Es tan eficaz como la psicoterapia en el tratamiento de la depresión
-Estimula la liberación de endorfinas, hormonas internas que producen sensaciones de placer y bienestar
-Nos distrae y evade de las preocupaciones.

Haz caso a Hipócrates, él decía que el ejercicio físico era imprescindible porque disipaba toda clase de venenos derivados de una mala dieta.
Ánimo, cúrate y sánate con lo que el Universo te regala.

El ejercicio fortalece, reanima, previene enfermedades y nos hace vernos y sentirnos bien
Cuando una persona hace ejercicio se ve y se siente bien consigo misma.
Hacer ejercicio diario es necesario y está comprobado que sirve para:
- Estimular y conservar el cuerpo saludable.
- Fortalecer huesos, articulaciones y músculos para que no se anquilosen. El ejercicio sirve de estabilizador de los huesos y la columna vertebral.
- Mantener el corazón en buena forma y activar la circulación sanguínea, con lo que se incrementa la elasticidad de los vasos sanguíneos, se oxigena mejor el organismo y las sustancias nutritivas se aprovechan al máximo.
- Eliminar las sustancias tóxicas del organismo a través del sudor.
- Aumentar las defensas del organismo ya que el sistema inmunológico trabaja mejor.
- El cerebro se fortalece, porque recibe una mayor irrigación sanguínea y el aporte de oxígeno a través de la sangre, mejora el rendimiento cerebral y con ello la capacidad de reacción, orientación y control.
- Además, el ejercicio físico regula la capacidad para combatir el estrés, ya que al hacerlo se elimina la hormona que lo produce.
- Ayuda a mantener el peso ideal y a quemar las calorías que pueden provocar sobre peso u obesidad y con ello una serie de enfermedades.
- Mejora la digestión, la absorción de nutrimentos y la actividad del intestino para defecar adecuadamente.
- Ayuda a abandonar hábitos como el tabaquismo y el acoholismo.
- Ayuda en la prevención de infartos, obesidad, osteoporosis, diabetes, mejora la digestión, los reflejos, el equilibrio, la flexibilidad corporal, el estado de ánimo, el sueño reparador, controla la presión alta, reduce el riesgo de formación de coágulos en venas y arterias.
La rutina de ejercicios deberá ser adecuada, tomando en cuenta la edad y condición de salud de cada persona, por lo que un control oportuno del estado de salud realizado por el médico, ayudará a determinar las necesidades o limitaciones del ejercicio a realizar.

Hace tiempo, se pensaba que el ejercicio podía acelerar la actividad de la artritis, por lo que no parecía muy aconsejable para los aquejados por la enfermedad reumática. Sin embargo, un estudio finlandés acaba de confirmar las bondades del deporte en estos pacientes: los ejercicios les permiten fortalecer sus músculos sin que los huesos ni las articulaciones empeoren.
Toda actividad, incluso cuando se trata de tareas cotidianas como subir escaleras o levantarse de una silla, requiere cierta fuerza. Mucha gente con artritis reumatoide apenas supera la capacidad necesaria para estos mínimos movimientos, de modo que "la conservación de la fuerza muscular así como de la forma física son fundamentales para prevenir la incapacidad de estos pacientes", advierten los autores del nuevo trabajo, que publica este mes 'Annals of the Rheumatic Diseases'.

Estos expertos en rehabilitación y medicina física han evaluado la eficacia de un programa consistente en una serie de ejercicios para fortalecer todos los grupos musculares (piernas, brazos y abdomen), mediante pesas, cintas elásticas o con la mera resistencia del cuerpo.
Unos 70 voluntarios, con una media de 49 años, se sometieron a este programa (que podía realizarse en casa) mientras a otros tantos afectados por artritis (grupo control) se les recomendaba que practicasen ejercicio.
A ambos colectivos se les aconsejó que realizasen dos o tres veces por semana ejercicio aeróbico (es decir, prolongado y de baja intensidad, como por ejemplo correr). Además, durante el seguimiento, todos los participantes empezaron a recibir tratamiento con antirreumáticos.

Beneficios de los ejercicios físicos
"Los ejercicios físicos diseñados individualmente y realizados de modo regular en las fases iniciales de la enfermedad llevan a aumentos a largo plazo en la fuerza muscular", resumen los investigadores.
Tras dos años sometiéndose al programa, se constató que la fuerza muscular se había incrementado notablemente en los participantes del primer colectivo (podían empujar con sus piernas una carga 68 kg más pesada que la que movían al comienzo del estudio, frente a los 35 kg de diferencia en el grupo control).

Una vez finalizado el programa, los autores decidieron seguir a los voluntarios otros tres años para ver si los efectos se mantenían. Efectivamente, la fuerza muscular permanecía 59 kg más elevada, frente a los 30 kg del grupo control.
Por otra parte, se vio que estas ventajas se habían dado sin que ni los huesos ni las articulaciones se viesen afectadas. "Pese a los efectos sustanciales del entrenamiento, los valores de la densidad ósea se mantuvieron estables. Es más, las radiografías mostraban que los daños articulares permanecían bajos incluso a los cinco años. Esto demuestra que los pacientes tratados con antirreumáticos pueden desempeñar una actividad física de intensidad moderada con total seguridad", sostienen los investigadores.

A raíz de estos hallazgos, este tipo de actividades deberían realizarse desde que aparece la enfermedad, a juicio de los autores. Además, recuerdan, "el ejercicio físico proporciona otros beneficios [en estos pacientes]. Mejora el tiempo de reacción, el equilibrio y la coordinación y podría reducir el riesgo de caídas".
El grupo de la tercera edad está conformado por personas mayores de 65 años. Los pacientes mayores de 65 años presentan diferentes cambios biológicos, psicológicos y sociales, fundamentales para el entendimiento de la declinación de su capacidad funcional y la disminución de la resistencia al estrés y a las enfermedades.

El objetivo es lograr que la persona mayor logre mantener más independencia por más tiempo, con mejor capacidad funcional. Es decir, mantener la destreza en la movilidad, lo que involucra varios sistemas, como el corazón, pulmones, músculos, articulaciones (como rodillas y hombros). Dentro de los diferentes sistemas comprometidos en la declinación orgánica generada por la vejez se encuentra el corazón y los vasos sanguíneos, el sistema respiratorio, sistema nervioso, el sistema musculoesquelético y el sistema endocrinológico.
La respuesta al ejercicio se verá evidenciada en el sistema cardiovascular. Después de un entrenamiento planeado y realizado en forma adecuada la frecuencia cardíaca, es decir el número de contracciones del corazón por minuto, disminuye. La tensión arterial tiene también tendencia a bajar. El organismo optimiza la utilización de oxígeno, mejorando la actividad física para ejercicios como el caminar, correr, nadar entre otras.

Ejercicios Fisicos Acuaticos
Al hablar de ejercicios aeróbicos, solemos pensar exclusivamente en actividades terrestres, como las caminatas, los trotes, y la carrera. Sin embargo, una correcta definición de estos tipos de ejercicios físicos, debería hacer referencia a los beneficios que se alcanzan para aumentar el ritmo cardíaco y aumentar la capacidad respiratoria, aspectos que no sólo se pueden lograr mediante caminatas y trotes, sino también mediante ejercicios acuáticos, como el waterpolo o la misma natación.
Y de hecho, estos últimos tipos de ejercicios viene ganando terreno desde hace varios años, rompiendo con las viejas tradiciones que limitaban la actividad física a las actividades terrestres.

Beneficios del deporte
Resumen: el cuerpo humano, la persona, para su correcto funcionamiento físico y mental tiene que tener una forma física y una musculación adecuadas. Cuando esto falla, aparecen los dolores musculares y de articulaciones. El ser humano ha sido diseñado para funcionar activamente, la inactividad conlleva un mal funcionamiento de todo el organismo.
La actividad física controlada y planificada (el deporte), nos reporta muchos y grandes beneficios. Pero para obtenerlos tenemos que ser constantes en su práctica.

Lo mínimo recomendado
Un mínimo de tres horas semanales.
Un mínimo de cuarenta minutos por sesión.
Alrededor del 95% de ejercicio aeróbico ligero y medio.
Alrededor del 5% de ejercicios de intensidad media y alta.
Trabajo de fortalecimiento abdominal en todas las sesiones.
Ejercicios de flexibilidad articular (estiramientos) en todas las sesiones.
Ejercicios de coordinación y equilibrio en todas las sesiones.
El ejercicio físico planificado con el objetivo de la mejora de la forma física, la musculación y la flexibilidad, proporciona grandes beneficios en todos los aspectos de la vida. Desde los más básicos de la salud y el bien estar, hasta los menos concretos como la actitud positiva y la alegría.

Estudios han demostrado:
Las personas que hace ejercicio:
Sufren menos depresiones, este dato es aun más importante en mujeres mayores de cuarenta años, que son las más proclives a sufrir depresión.
Sufren de menos dolores difusos como La fibromialgia.
Aumentan su capacidad sexual y su deseo por mantener relaciones.
Aumentan considerablemente la autoestima.
Aumenta su capacidad de concentración.
Aumentan su toleración al estrés.

Con el deporte se consigue corazon mas grande, mas fuerte y menos graso

Beneficios en el sistema cardio-respiratorio
El músculo más importante del cuerpo es el corazón. Con el ejercicio se muscula (aumenta la masa muscular), se fortalece (aumenta la fuerza) y pierde la grasa que lo rodea. Por lo que cada latido es más potente y puede trasladar más sangre al resto del organismo. Si conseguimos un corazón más grande, más fuerte y con menos grasa, estamos haciendo una mejora considerable.
Un corazón más grande: podrá impulsar más sangre en cada latido.
Un corazón mas fuerte: podrá impulsar con más potencia la sangre.
Un corazón menos graso: será más eficiente en cada latido.

El deporte, a diferencia de una dieta o unos medicamentos mejora el corazón en todos los aspectos. Los medicamentos o la dieta pueden reducir la grasa y hacer los latidos más eficientes, pero nunca podrán mejorar en los tres aspectos, tamaño, fuerza y eficiencia.
El resultado del ejercicio aeróbico en el corazón es una bajada de la frecuencia cardiaca en reposo, lo que mejora la economía y la eficacia de nuestro corazón.
Por la misma razón aumenta el calibre de las arterias coronarias, causantes de muchos de los problemas del sistema cardiovascular. Ayudando así al corazón a ser más eficaz en el trasporte y retorno de la sangre.

El ejercicio aeróbico planificado disminuye la tensión arterial, por lo que todo el organismo sale beneficiado. La tensión arterial alta, también llamada la muerte silenciosa, porque silenciosamente pero sin pausa va dañando todos los órganos de nuestro cuerpo y en muchas ocasiones cuando se percibe el problema, ya es tarde. Los problemas generados por una tensión alta son la mayor causa de muerte en occidentales de mediana edad. El ejercicio aeróbico, soluciona este problema desde tres vías, la primera disminuyendo la tensión arterial. La segunda reduciendo el porcentaje graso acumulado que repercute directamente en la tensión y la tercera preparando a venas y arterias para una mejor circulación del torrente sanguíneo.

Con el ejercicio, fortalecemos todos los músculos, también los que se encargan de llenar y vaciar de aire los pulmones, haciendo que en cada respiración podamos tomar más aire con menos gasto energético, haciendo la respiración más eficiente, aumentando la oxigenación y reduciendo el estrés de estos músculos respiratorios.
Aumenta la superficie de transmisión del oxigeno a la sangre, esto se produce por una mayor capilarización y por un mayor número de alvéolos en funcionamiento.
Aumenta nuestra capacidad pulmonar y limpia nuestros pulmones.
El proceso de vaciado y llenado se realiza menos dificultosamente.
Cuando necesitemos una mayor aportación de oxigeno, nuestros pulmones podrán llevar a cabo esa tarea, sin toses y sin ahogamientos
Estudios han demostrado que una mayor y mejor oxigenación aumenta nuestras capacidades intelectuales al tener el cerebro mas oxigeno y una mejor refrigeración.

Beneficios en los músculos y en los huesos.
En los músculos: donde antes se nota la acción del deporte es en los músculos. Estos a las poscas sesiones ya mejoran su tono. En poco tiempo es fácil notar la musculatura más tensa y más fuerte. En pocas semanas el volumen también irá en aumento y los resultados serán visibles a simple vista. El cuerpo humano está diseñado para funcionar bien cuando existe una musculatura adecuada, para esto es imprescindible el ejercicio. Las personas sedentarias están muy escasas de materia muscular y de falta de tono. Los sedentarios tienen una musculatura flácida.

En los huesos: el cuerpo cuando nota que los músculos ganan en fuerza empieza un proceso por el cual los huesos se hacen más gruesos y fuertes a fin de poder soportar las nuevas tensiones que provoca la nueva musculatura. Es igual que con los beneficios en el sistema caridovascular, se produce una retroalimentación que hace que las mejoras en el organismo y en el metabolismo se reproduzcan en sistemas que aparentemente no tienen nada que ver con el deporte.

En las articulaciones: El aumento de la eficacia de las articulaciones debido a la musculación de tendones y ligamentos y a una mejora de la lubricación interna, sumado al aumento de la masa muscular y de su resistencia, hace que nuestra calidad de vida aumente exponencialmente. Permitiendo retrasar el envejecimiento y aumentar las posibilidades de expansión como persona móvil e independiente.
Aumenta la mas muscular y por consiguiente la fuerza
Los músculos aumentan la resistencia a la fatiga, lo que permite aguantar mejor los quehaceres diarios.
Los músculos y la reacciones se vuelven más rápidas, haciendo que se sienta uno mas ágil y grácil.
Los huesos se hacen más gruesos, se vuelven más resistentes a las caídas
El aumento general de la fuerza, de la resistencia, del equilibrio y de la agilidad reduce considerablemente la caídas traumáticas y las lesiones posturales

En nuestra psique
La mejora de la calidad de vida, de la independencia, de nuestras posibilidades físicas, hace que nos sintamos más seguros y que nuestra autoestima aumente.
En casi todos los deportes aumenta la socialización de la persona.
Reduce el estrés.
Aumentamos las actividades de nuestro tiempo libre, haciéndonos más felices.
Aumentamos nuestros temas de conversación, aumentado por esto nuestra capacidad de socialización.
Aumentamos nuestro círculo de conocidos.

Contra el dolor y las lesiones
El aumento de nuestra capacidad física y de nuestra autoestima afecta reduciendo drásticamente muchos dolores difusos.
El fortalecimiento de nuestro organismo, hace que estemos más alerta, con más equilibrio y que tengamos un tiempo de reacción complejo más eficiente y rápido, por lo que las caídas y golpes se reducen.
El fortalecimiento de los músculos, el engrosamiento de los huesos, hace que las caídas sean menos traumáticas y se recupere el estado normal antes que una persona sedentaria.

Contra el envejecimiento
Muchos autores afirman que una persona de 65 años que haga ejercicio físico a diario tiene una mayor capacidad física y vital que una persona de 45 años que no realiza ninguna actividad física. Estamos hablando de retrasar muchas variables del envejecimiento casi 20 años.

Complementos para mejorar
Dentro del gran campo que cubre “ejercicio físico” tenemos distintas capacidades cada una de las cuales tiene sus propios beneficios inherentes, como podría ser la flexibilidad, la fuerza, la resistencia, la agilidad, el equilibrio. Por nombrar las más importantes.
En la mayoría de las actividades físicas no se trabajan todas las capacidades antes nombradas. Por ejemplo nadando no se realizar ninguna mejora de la flexibilidad; en pilates no se trabaja la resistencia, en gimnasia aeróbica no se trabaja la fuerza…
Por esto siempre se hace necesario que los profesores sepan que capacidades hace falta añadir y se trabajen junto a las sesiones normales. Realizar unos minutos de ejercicios de estiramientos después de nadar, realizar ejercicios aeróbicos los días que no haya clase de pilates o realizar trabajos con gomas o pesas los días que no tenga aerobic.