Como influye la alimentación en nuestro estado emocional
Se ha demostrado que algunos alimentos estimulan la producción de sustancias cerebrales que tienen una enorme influencia en el humor, el desempeño físico y mental, e incluso en el comportamiento de las personas.
En las últimas dos décadas se han realizado diferentes estudios acerca del vínculo que existe entre el consumo de determinados alimentos y el estado anímico, y se ha comprobado que las sustancias que contienen algunos alimentos pueden provocar reacciones en la química cerebral originando cambios benéficos en el humor del ser humano.
Estos son algunos de los alimentos que fueron más estudiados y cuya efectividad ha sido demostrada:

Pan Integral:
La gran mayoría de los panes integrales contienen aminoácidos, entre ellos uno llamado triptófano, es un importante precursor de la serotonina (neurotransmisor relacionado con el estado de ánimo que mejora la depresión leve y el insomnio). Se aconseja consumir 4 rebanadas por la mañana.
Al hablar de pan integral no se refiere al industrial que solo lleva un poco de salvado o algún cereal. Debe ser 100 % integral Al hablar de pan integral no se refiere al industrial que solo lleva un poco de salvado o algún cereal. Debe ser 100 % integral.

Espinaca y legumbres:
Contienen folatos (precursores de la adenosilmetionina).
Se demostró que el 30% de los pacientes deprimidos tienen deficiencia de este elemento. También se lo puede obtener de los cereales

Carbohidratos:
Algunos experimentos revelan que alimentos como el arroz, las patatas y el pan causan calma y sedación porque elevan la concentración de serotonina.

Agua:
Se puede padecer de agotamiento y depresión leve simplemente por no tomar suficiente agua, la deshidratación pasa inadvertida y se cree que es cansancio lo que en realidad se debe a la falta de líquidos. Se recomienda tomar 8 vasos de agua al día para un buen funcionamiento del organismo.

Frutos secos:
Contienen una gran cantidad de magnesio. Un puñado diario ayuda a reducir los dolores de cabeza y a controlar el estrés.

Nuez:
Contiene una gran cantidad de selenio, mineral que según los investigadores aumenta la energía y disminuye la ansiedad con tan sólo comer un puñado de nueces diarias.

Naranja y mandarina:
Una dosis diaria de 150 miligramos de Vitamina C (equivalente a dos naranjas) bastan para disminuir el nerviosismo y el mal humor. En dosis mayores (ejemplo: dos vasos de jugo de naranja fresco todas las mañanas) actúa como un eficaz energetizante, y por supuesto como protector de enfermedades cardiorrespiratorias y como estimulante del sistema inmunológico. La vitamina C también puede obtenerse de otros cítricos como el pomelo, limón, etc. La naranja, además, contiene folatos que reduce los dolores de cabeza y ayuda a controlar el estrés.

Fresa:
Contiene vitaminas, sobre todo Vitamina C (cuya cantidad es importante), fibras y potasio. Es una fruta de un enorme valor nutricional y energético. Además eleva las defensas del organismo, mejora el ánimo y según los investigadores produce tranquilidad y alivio durante la menstruación.

ACCION EMOCIONAL DEL ALIMENTO
Hoy en día estamos viviendo un movimiento muy interesante que permite la integración de la ciencia y la espiritualidad. Entre otras muchas cosas, se ha descubierto científicamente que la comida también está directamente relacionada con los alimentos, es decir, dependiendo de tu carácter o de tu estado anímico, se puede manifestar en nosotros la preferencia de ciertos alimentos. La preferencia o el rechazo de determinados sabores marcan tendencia emocionales.

Salado:
Los alimentos salados están íntimamente asociados con los deseos compulsivos y la ansiedad. La sal estimula el riñón y la vejiga, y su exceso puede afectar al corazón. Algunos miedos podrían tener su origen en una insuficiencia del riñón en términos energéticos, que puede compensarse con alimentación rica en legumbres y cereales. Estos, a su vez, impulsan la fuerza de voluntad.

Dulce:
La apetencia por lo dulce está asociada con la preocupación. Moderadamente, el sabor dulce calma la inquietud y el humor excitado, pero también puede llevar a sentimientos de codicia y complacencia, e incluso a la dependencia emocional. En general, lo dulce beneficia energéticamente al bazo y el estómago; si el bazo está débil, esto puede deberse a una insuficiencia de la sangre que repercute en el hígado y el corazón, lo cual lleva a la depresión o la ansiedad.

Ácido:
Por una parte, los sabores ácidos, así como los agrios, agudizan el intelecto y promueven el ingenio. Pero su exceso puede tener un efecto sobre el carácter, tornándolo amargo o provocando resentimientos. Es beneficioso para el hígado y la vesícula. La visión oriental señala que una persona es irascible cuando tiene un exceso del elemento fuego en los citados órganos, por lo cual debe comer alimentos ácidos de naturaleza fresca para compensar ese exceso.

Amargo:
El exceso de alimentos de este sabor suele estar asociado con emociones amargas, sensaciones de insatisfacción y frustraciones. Pero en forma moderada beneficia el corazón y el intestino delgado y por lo tanto se asocia con la alegría y el amor. Los chinos dicen que la ansiedad y el insomnio se relacionan con insuficiencia de energía yin en el corazón, para lo cual se recomienda comer frutas y verduras amargas.
• Los alimentos redondos impulsan la atracción sexual y la sensación de satisfacción.
• Los alimentos de color rojo promueven la fuerza, el calor, la intensidad.
• Los suaves y cremosos benefician un carácter o forma de ser donde prima la suavidad, la inocencia y la compasión.
• La forma cúbica, en los alimentos o la presencia de ángulos punzantes en los mismo, impulsan sensaciones y conductas como irritabilidad, excitación, reto, repulsión o actitud inquisitiva.
• Los alimentos secos y duros directamente producen esas mismas características sobre el carácter.