Los fumadores que abandonan el hábito tabáquico disfrutan de otro beneficio para la salud: mejora su colesterol.
Dejar de fumar aumenta el colesterol HDL "bueno" a pesar del aumento de peso después de apagar el último cigarrillo.
Si estudios posteriores lo confirman, este hallazgo justificaría aún más la sólida relación entre el tabaquismo y la salud cardíaca.
Hasta el 20 por ciento de las muertes por enfermedad cardíaca se atribuyen al tabaquismo. Fumar afecta el sistema cardiovascular de varias maneras, incluidos la reducción del oxígeno y la arteriosclerosis del corazón.
Dejar de fumar aumenta el colesterol HDL "bueno" a pesar del aumento de peso después de apagar el último cigarrillo.
Si estudios posteriores lo confirman, este hallazgo justificaría aún más la sólida relación entre el tabaquismo y la salud cardíaca.
Hasta el 20 por ciento de las muertes por enfermedad cardíaca se atribuyen al tabaquismo. Fumar afecta el sistema cardiovascular de varias maneras, incluidos la reducción del oxígeno y la arteriosclerosis del corazón.
Algunos estudios con pocos individuos habían demostrado también que fumar reduce el colesterol bueno (HDL) y eleva el malo (LDL), señaló el doctor Adam Gepner, de la Escuela de Medicina y Salud Pública de la University of Wisconsin, en Madison.
Para comprobarlo en un entorno más real, el equipo de Gepner reunió a más de 1.500 fumadores representativos de la población. El participante promedio fumaba 21 cigarrillos por día antes del inicio del estudio. Tras un año en uno de cinco programas de deshabituación tabáquica, 334 (el 36 por ciento) lograron dejar de fumar.
A ese grupo le aumentó un 5 por ciento (o 2,4 mg/dL) el colesterol HDL y la cantidad de partículas grandes de HDL, que son importantes para reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular, publica el equipo en American Heart Journal.
Estos efectos fueron mayores en las mujeres que en los hombres, y no importaba cuántos cigarrillos fumaban los participantes al inicio del estudio. El aspecto negativo de dejar de fumar es el aumento de peso, por lo que es importante asociarlo a un programa de ejercicio físico.
El grupo que dejó de fumar aumentó de peso unos 5 kg, comparado con entre 0,5 y 1 kg en el grupo que volvió a fumar. Muchos participantes ya tenían sobrepeso al comenzar el estudio, con un índice de masa corporal (IMC) promedio de 29,6 (entre 20 y 25 se considera que el peso es saludable).
El aumento de peso altera los niveles de colesterol, al elevar el LDL o malo y reducir el HDL o bueno. Los autores opinan que el aumento de peso pudo suprimir algunos de los beneficios de la deshabituación.
"Es importante aconsejar a los pacientes sobre el aumento de peso y la necesidad de que adopten una dieta saludable y hagan ejercicio durante el período de cesación", agregó.
Gepner indicó que se desconoce cómo exactamente la cesación tabáquica altera los niveles de colesterol; podría estar relacionado con modificaciones de las proteínas que controlan el metabolismo del colesterol. Fumar daña esas proteínas.
Independientemente de eso, se observaron beneficios que se traducirían en mejor salud. Estudios previos, por ejemplo, habían demostrado que por cada 1 mg/dL más de colesterol HDL, el riesgo de sufrir un problema cardiovascular disminuía hasta un 3 por ciento en 10 años.
Por lo tanto, apuntó Gepner, la mejoría de los lípidos en sangre reduciría hasta un 6 por ciento el riesgo promedio de un ex fumador de sufrir un infarto o un accidente cerebrovascular (ACV) en los 10 años siguientes a haber dejado de fumar. Esta investigación se ha publicado en el American Heart Journal (enero del 2011).