El cáncer y los lácteos

El cáncer y los lácteos
El doctor T. Colin Campbell sostiene de forma determinante que la caseína (el 90% del contenido de las proteínas de la leche vacuna) promueve las 3 etapas del cáncer: Su iniciación, su promoción y su progresión.

En sus estudios ha demostrado, que al cáncer se lo estimula nutricionalmente, de forma que las proteínas animales resultan un factor esencial para que el cáncer se desarrolle. El doctor Campbell ha encontrado en la caseína un aliado ideal para el desarrollo de todos los tipos de cáncer, desde el generado por consumir aflotoxinas, hasta el cáncer de mama o de hígado.

Usted puede encontrar sus premisas y sus desarrollos científicos en su obra: The China Study.
Luego de toda una vida de investigación científica, y de lucha contra el cáncer, Campbell promueve una dieta vegana como forma ideal de mantener una buena salud.
Campbell es un destacado científico de trayectoria internacional, que ha dedicado gran parte de su obra al estudio del cáncer. Unos de los grandes logros en su carrera fue la contribución para descubrir a la dioxina y a la aflotoxina.
Ha trabajado también en pos de la mejora de la nutrición a nivel mundial.

Enfermedades relacionadas con el consumo de lácteos
Son cada vez más las voces que alertan de la posible relación -más o menos directa- entre el consumo de los lácteos y las dolencias que se relacionan a continuación:

• ANEMIA FERROPÉNICA.
El doctor Frank Oski -director del Departamento de Pediatría de la Escuela de Medicina de la Universidad de Johns Hopkins (Estados Unidos)- asevera en su libro Don't Drink Your Milk! (¡No bebas tu leche!) que en su país entre el 15 y el 20% de los niños menores de 2 años sufren anemia por deficiencia de hierro y que la mitad del resto de las anemias que se producen en Estados Unidos están relacionadas con el consumo de leche y sus derivados por los pequeños sangrados gastrointestinales que la leche puede provocar.

• ARTRITIS REUMATOIDEA Y OSTEOARTRITIS.
Está constatado que los complejos antígeno-anticuerpo generados por la leche se depositan a veces en las articulaciones provocando su inflamación y entumecimiento. Estudios realizados en la Universidad de Florida (Estados Unidos) confirman que los síntomas se agravan en pacientes con Artritis Reumatoidea que consumen leche. Por otro lado, en un artículo publicado en la revista Scandinavian Journal of Rheumatology se afirmaba que en personas afectadas de esa patología que dejaron de ingerir lácteos y tomaron sólo agua, té verde, frutas y zumos vegetales entre 7 y 10 días la inflamación y el dolor disminuyeron significativamente. Agregando que cuando alguno volvía a una dieta lacto-ovo-vegetariana los síntomas reaparecían. Por su parte, un grupo de investigadores israelíes demostró en 1985 -por primera vez- que la leche puede inducir también la artritis reumatoidea juvenil. La asociación de la leche con la artritis reumatoidea del adulto ya se había establecido anteriormente pero no se había hallado ninguna asociación con la juvenil hasta el hallazgo de esos científicos.

• ASMA.
Se sabe que la leche puede estimular la producción excesiva de moco en las vías respiratorias y que la alergia a la leche es causa de asma. Además está completamente demostrado que los niños con exceso de moco y dificultades respiratorias a los que se les retira la leche de vaca mejoran de forma sorprendente.

• AUTISMO.
Investigadores italianos descubrieron que los síntomas neurológicos de los pacientes autistas empeoran cuando consumen leche y trigo. Se cree que los péptidos de la leche pudieran tener un efecto tóxico en el sistema nervioso central al interferir con los neurotransmisores. En sus investigaciones los doctores de la Universidad de Roma notaron una mejoría marcada en la conducta de esos enfermos tras dejar de ingerirla ocho semanas. En su sangre había altos niveles de anticuerpos contra la caseína, la lactoalbúmina y la betalactoglobulina.