Un estudio vincula alto consumo de azúcar con problemas mentales
WASHINGTON (Reuters)
Un grupo de adolescentes de Oslo que consumió refrescos muy azucarados registró muchos problemas mentales, entre ellos hiperactividad y angustia, según un grupo de investigadores noruegos.
Un estudio entre más de 5.000 jóvenes de 15 y 16 años mostró una asociación clara y directa entre la ingesta de refrescos y la hiperactividad, y un vínculo más complejo con otros desórdenes mentales y de conducta.

Los expertos encuestaron a estudiantes, les preguntaron cuántos refrescos azucarados tomaban por día, y luego los sometieron a un cuestionario estándar utilizado para evaluar la salud mental.
Los jóvenes que dijeron que no desayunaban ni almorzaban se situaron entre los principales consumidores de refrescos, según el equipo dirigido por el doctor Lars Lien, de la Universidad de Oslo.

"Hubo una fuerte asociación entre el consumo de refrescos y los problemas de salud mental en los chicos", escribieron los investigadores en el informe publicado en American Journal of Public Health.
"Esta relación siguió siendo importante después de tener en cuenta desórdenes sociales, de conducta y trastornos vinculados con la alimentación", añadió el equipo.

La mayoría de los estudiantes dijo que consumía entre uno y seis refrescos por semana.
Aquellos jóvenes que no tomaban estas bebidas fueron más propensos que los consumidores moderados a tener síntomas de salud mental, dijeron los expertos.
No obstante, aquellos que bebían la mayor cantidad de bebidas gaseosas -más de seis por semana- tenían los registros más altos de estos problemas.
En el caso de la hiperactividad, hubo una relación directa: cuantas más gaseosas tomaba un adolescente, más síntomas de hiperactividad mostraba.

Los peores problemas se observaron en los varones y mujeres que consumían cuatro o más vasos de gaseosa por día. El 10 por ciento de los hombres y el 2 por ciento de las jóvenes tomaba esa cantidad de refresco.
Los investigadores dijeron que era posible que otras sustancias, como la cafeína, fuesen las responsables de los síntomas, y no comprobaron otras posibles fuentes de azúcar en las dietas de los adolescentes.

Sin embargo, muchos de los jóvenes consumían demasiados refrescos azucarados.
"Una medida simple y efectiva para reducir el consumo de bebidas gaseosas en este grupo sería quitar las máquinas expendedoras de refrescos de las escuelas y otros lugares públicos donde se reúnen los adolescentes", concluyeron los autores del informe.*.
Tomado de Reuters