El Cigarrillo y el Cáncer
El fumar cigarrillo causa por lo menos el 30% de todas las muertes por cáncer. Este hábito es una de las principales causas de cáncer del pulmón, laringe, cavidad oral, garganta, esófago, y vejiga, y contribuye al padecimiento de cáncer de la vejiga, páncreas, cuello uterino, riñón, estómago y también algunos tipos de leucemia.
Aproximadamente el 87% de las muertes de cáncer del pulmón son a causa del hábito de fumar. El cáncer del pulmón es la principal causa de muerte de cáncer entre ambos hombres y mujeres, y uno de los cánceres más difíciles de tratar. Afortunadamente, el cáncer del pulmón es, en gran medida, una enfermedad evitable. Los grupos que defienden el no fumar como parte de su religión, como los mormones y los adventistas del séptimo día, tienen tasas mucho menores de cáncer del pulmón y de otros cánceres asociados con el fumar.

Otros problemas de salud
Los cánceres representan sólo aproximadamente la mitad de las muertes relacionadas con el fumar. El fumar es también una de las principales causas relacionadas con enfermedades cardiacas, aneurismas, bronquitis, enfisema y derrame cerebral, además de contribuir con la severidad de los resfriados y neumonía.
El tabaco también tiene efectos perjudiciales en la salud relacionada con la capacidad reproductora de la mujer y está asociado con fertilidad reducida, incremento en el riesgo de aborto espontáneo, parto prematuro, parto de feto muerto y muerte del bebé, además de ser una causa de que los bebés presenten bajo peso al nacer. Igualmente, el cigarrillo está asociado con el síndrome de muerte súbita infantil.

Además, el fumar está asociado con una variedad de otros problemas de salud, incluyendo enfermedades en las encías, cataratas, pérdida de densidad en los huesos, fractura de la cadera y úlceras pépticas.
El humo de los cigarrillos (llamado humo de segunda mano o humo de tabaco ambiental) tiene un efecto nocivo en la salud de las personas expuestas al humo

¿Cómo afecta el tabaco al sistema cardiovascular?
El tabaco ejerce un efecto nocivo sobre el sistema cardiovascular fundamentalmente por medio de los siguientes mecanismos:

Aumento del ritmo de latido del corazón y de la tensión arterial.
Favoreciendo la aparición de arteriosclerosis.
Promoviendo el desarrollo de trombosis.
Provoca una reducción del calibre de las arterias coronarias, dificultando el riego del corazón.
Aumenta la probabilidad de sufrir arritmias.
Aumenta las necesidades de oxígeno del organismo, suponiendo una carga añadida para el corazón.

Existen componentes del humo del tabaco que han sido claramente incriminados como agentes perjudiciales para el sistema circulatorio. De estos, los que más relevancia tienen son el monóxido de carbono y la nicotina.

Nicotina
La nicotina tiene diversas acciones sobre el organismo que explican su efecto perjudicial sobre el sistema cardiovascular:

Produce un aumento de la presión arterial de unos 5 a 10 mm Hg.
Aumenta la frecuencia de latido cardíaco de 10 a 20 latidos por minuto.
Produce una contracción de los vasos sanguíneos sanguíneos, con su consiguiente estrechamiento y dificultad para el paso de la sangre.

La nicotina ejerce estas acciones mediante la liberación de determinadas sustancias a la circulación como la adrenalina y la noradrenalina, que aumentan en sangre cuando se fuma.

Por otro lado se ha visto que la nicotina es capaz de alterar el ritmo cardíaco y favorecer la aparición de arritmias, algunas de las cuales son potencialmente mortales.
Otra forma de actuación de la nicotina es a través de la elevación de los niveles en sangre de algunas hormonas, como los corticoides.
También aumenta la concentración de otras sustancias que disminuyen la velocidad de la circulación de la sangre e incrementan su viscosidad.
Finalmente, algunas sustancias favorecen la obstrucción de los pequeños vasos sanguíneos debida a trombosis.

Monóxido de carbono
La hemoglobina es una sustancia sanguínea encargada del transporte de oxígeno que respiramos hacia los tejidos.
Una vez inhalado, el monóxido de carbono pasa a la sangre y allí se une a la hemoglobina, dando lugar a una sustancia conocida como carboxihemoglobina que no es apta para el transporte del oxígeno. El exceso de esta última sustancia en sangre es habitual en personas fumadoras puede lesionar el músculo cardíaco y los vasos sanguíneos sanguíneos.